El acto de leer es una acción que va más allá de decodificar fluidamente. Va más allá de entender lo leído. Va más allá de establecer relaciones lógicas de un texto. Más allá de comprender la intensión del hablante literario. Va más allá de reconocer que existen diversos tipos de textos. Uno lee cuando siente placer al leer. No importa si lees poco o lees mucho, lo que realmente importa es que cuando lees algo, sientes placer. Eso, creo yo, es leer. No importa si son pocas letras, palabras o textos completos los que te provocan placer cuando lees. Lo importante es que te guste.
Sin embargo, falta aún algo importante. Es necesario que ese placer lo busques nuevamente. Cuando eso sucede, has aprendido a leer. Por lo tanto, nadie te puede imponer qué leer, cómo leer, cuando leer, donde leer. Debería ser un Derecho Humano Universal: el no ser…
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