Un estudio revela que, si queremos que no engañen, es mejor convencerlos de otra forma
El miedo al castigo provoca en muchos casos que los niños no digan la verdad cuando han cometido una falta. Así lo atestigua un estudio de la Universidad McGill, de Montreal, en el que se ordenó a 372 niños que no miraran un juguete en ausencia de un adulto. Dos tercios de ellos lo miraron, y dos tercios de los que lo miraron mintieron, más los niños mayores que los pequeños. Los niños fueron, en cambio, más proclives a decir la verdad si se les decía que eso complacería a los adultos o simplemente que era lo correcto.
Si usted quiere que su hijo diga la verdad, lo mejor es no amenazar con castigarlos si mienten. Eso es lo que investigadores de la Universidad McGill (Montreal, Canadá) han descubierto a través de un sencillo experimento…
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