A menudo, nos encontramos con preguntas de conocidos y amigos cuyos hijos han recibido un diagnóstico, principalmente de TDA-H, y que se han ido a casa con el informe, una receta de metilfenidato y la sensación de hallarse totalmente perdidos sobre qué hacer a continuación.
Si bien los psicólogos no nos entrometemos en temas de medicación, sí que podemos entender la reticencia de los padres a dar una medicación a sus hijos para un trastorno que no tiene un diagnóstico respaldado por análisis y radiografías, para una especie de fantasma que sobrevuela a cualquier niño movido o despistado, y que continuamente se desprestigia en redes sociales.
Muy pocas veces se orienta a los padres de un niño diagnosticado de TDA, TDAH, dislexia y otras dificultades de aprendizaje hacia otros posibles tratamientos, como la reeducación psicopedagógica. La reeducación consiste en una atención individual al niño
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