Parece que la capacidad de engañarnos a nosotros mismos ayuda a conservar la salud mental. Los deprimidos se engañan a sí mismos mucho menos que las personas sanas. Esto se sabe desde hace tiempo. La explicación es que la mentira tiene ventajas en la evolución y el autoengaño permite desechar recuerdos dolorosos. Es un mecanismo de defensa cerebral que tiene sus ventajas, como todos.
En muchos experimentos se ha visto que los individuos “sanos” tienden a exagerar, y mucho, sus contribuciones a los éxitos de un grupo, mientras que los deprimidos hacen lo contrario. La excesiva modestia sería un signo de estado de ánimo bajo y esto, a su vez, es perjudicial para el individuo.
Los que exageran o mienten sobre sus logros (el tamaño del pez logrado en el río, lo que son capaces de correr, su resistencia amorosa, etc.) son más felices, y más sanos mentalmente, que los…
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