Muchos, famosos considerados genios han sido disléxicos. Entre ellos encontramos científicos como Albert Einstein o Thomas Edison, artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney.
Y, como se cree a menudo, no fueron genios superando su incapacidad sino gracias a ella. Así podemos empezar a considerar la dislexia como un don o un talento innato que se manifiesta en mayor o menor grado en las personas. Normalmente no se considera la dislexia como un don sino más bien como un problema (dificultad de aprendizaje), pero de nuestro cambio de paradigma (mentalidad) dependerán nuestros hijos, estudiantes, pacientes. Algunas de las razones que permiten ver la dislexia como algo positivo son:
El pensamiento en imágenes de un disléxico, como dice Ron Davis en su libro El don de la dislexia, es de 400 a 2000 veces más rápido que el pensamiento verbal y además es mucho más completo, profundo y amplio debido a que una imagen se ajusta mejor a lo que una palabra quiere expresar o significar.
Una persona con pensamiento visual será capaz de dominar muchas habilidades, más rápidamente de lo que pudiera comprender o entender otra persona con pensamiento verbal, cuando el aprendizaje es presentado de forma experimental. Por eso muchos adultos disléxicos en su vida profesional se dedican a trabajos que requieren capacidad espacial, como arquitectura, diseño, escultura… pues son capaces de visualizar lo que han de hacer incluso antes de empezar a hacerlo. Pueden ser mucho más intuitivos que otras personas, debido a que la rapidez de sus imágenes mentales hace que no sean conscientes de todo el proceso mental que elaboran, pero en cambio, saben la respuesta o resultado del proceso. Por ejemplo, las personas “visuales” pueden saber las respuestas de los problemas matemáticos sin utilizar lápiz ni papel: resuelven los problemas sin preocuparse de los pasos convencionales a seguir.
En realidad se trata de una forma sumamente desarrollada de razonamiento. La teoría de la relatividad de Einstein le llegó como una intuición: para él era un concepto simple, para una persona normal es casi incomprensible. Son más curiosos que la mayoría de las personas debido a que su pensamiento usa todos los sentidos para conocer su entorno y va mucho más rápido que el pensamiento de otras personas. Todas estas habilidades, si no son inhibidas externamente, pueden dar como resultado una inteligencia más alta de lo normal y una extraordinaria capacidad creativa.
Tener dislexia no convierte automáticamente a alguien en un genio, pero es bueno para su autoestima saber que su mente funciona de la misma manera que la de algunos INTRODUCCIÓN “La palabra es el hombre mismo. El hombre es un ser de palabras.” El tema de la dislexia con frecuencia nos llena de inquietudes y de muchas consultas; actualmente existen una gran cantidad de niños, niñas y jóvenes que están teniendo problemas importantes en sus procesos de lectura y escritura sin saber la razón aparente, lo cual los lleva muchas veces a un fracaso o a la deserción escolar, por no recibir la información, la evaluación, el diagnóstico y la intervención terapéutica necesaria a esta situación que enfrentan a diario. Debido a que la lectura y la escritura son procesos prioritarios en la vida del ser humano, se podría afirmar según algunas estadísticas mundiales, que la cantidad de niños, niñas y jóvenes que viven diariamente dificultades académicas por esta causa es un factor digno de tomar en cuenta por cada educador. Se puede esperar que por cada aula o grupo de estudiantes de 25 niños (a), haya por lo menos un caso con esta situación. Afecta aproximadamente al 20% de los escolares, evidenciándose en una lectura confusa, lenta y con variedad de errores de ortografía y cambio de letras o sílabas.
A) ¿QUÉ NO ES? La dislexia no es una falta de interés, motivación o una discapacidad sensorial, de un entorno educativo y ambiental desfavorable, o de otras condiciones limitantes. Por lo tanto, no es válido etiquetar a un estudiante “disléxico” como descuidado, desatento o perezoso.
B) ¿ENTONCES QUÉ ES? “Dys” en griego significa pobre o inadecuado, inversión, desorden, separación, etc. y “lexis”, palabra o lenguaje. Etimológicamente la palabra dislexia quiere decir dificultades de lenguaje o dificultades con la lectura y la ortografía.
En la acepción actual se refiere a problemas de lectura y/o a un trastorno en la adquisición de la lectura, pero con repercusiones en la escritura Analizando cada definición observamos que el término “dislexia” ha sido utilizado durante mucho tiempo para designar los diferentes tipos de problemas de aprendizaje y hasta se ha definido por algunos como un tipo de incapacidad para aprender, pero esta dificultad es solamente un aspecto de la dislexia. También se ha dicho que es el resultado de un problema neurológico, cerebral o causado por algún tipo de malformación pero actualmente se ha descartado esta hipótesis y parece que no es más que una particular manera de percibir el mundo, una forma diferente de interpretar ciertos símbolos o palabras, según Ronald D. Davis.
Muchas personas tienden a procesar la información de una forma visual o imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento primeramente a través de su inteligencia visual. Podríamos decir que su pensamiento produce una película continua. Y la película se interrumpe cada vez que deben leer una palabra abstracta, que no es fácilmente traducible. estas palabras forman el 50% de lo que leemos o hablamos. Por tanto, estas personas tienen una percepción de la realidad diferente a las personas que utilizan el área verbal.
Algunas de estas personas, cuando se enfrentan a la etapa de aprendizaje de su vida, encuentran problemas derivados de esta forma de ser: padecen frecuentes distracciones y equivocaciones involuntarias cuando los procesos de enseñanza y aprendizaje se les presenta a través del rígido mundo de los símbolos. Y más concretamente les afecta en los siguientes ámbitos de aprendizaje: lecto-escritura, matemáticas, coordinación motora- equilibrio, comprensión, concentración ya que al encontrarse con estímulos o símbolos que no pueden reconocer, pierden interés y atención y por tanto, cometen errores.
Para L. Bravo, la dislexia es un problema de recepción, comprensión y expresión de la comunicación escrita, un trastorno que afecta a un porcentaje muy alto de la población que en muchas ocasiones es mal diagnosticado y se asocia con una mala calidad de la educación. Dificultades en el desarrollo de los procesos de memoria, análisis, síntesis, abstracción y categorización son algunas de las consecuencias de la desatención en un posible caso de dislexia. Los estudios recientes demuestran que son producto de deficiencias en el desarrollo del lenguaje y no como resultado de una inmadurez perceptivo – visual y motora, como siempre se creyó. Los tratamientos aplicados según este erróneo enfoque, basados en la estimulación de las funciones visuales y psicomotoras era útiles para el desarrollo psiconeurológico infantil, pero nada tenían que ver con las dislexias. Por lo tanto; es un acto reciente que el enfoque de las dislexias pasó de una preocupación por la vista, a centrarse en el oído y el lenguaje.
DIFICULTADES QUE ACOMPAÑAN A LA DISLEXIA.
En una gran generalidad la dislexia va unida a otros problemas, como la disgrafía, las dificultades en el trazado correcto de las letras, en el paralelismo de las líneas, en el tamaño de las letras, en la presión de la escritura; disgrafía motriz o caligráfica, donde el componente motriz se encuentra alterado y hace que la forma de las letras sea difícilmente reconocible, disgrafía disléxica, lo que implica un proyección de la dislexia en la escritura. La secuencia de la escritura está alterada, en sus aspectos estáticos (alteración de la simetría de las letras), en sus aspectos dinámicos (uniones y separaciones indebidas, alteración del orden de las sílabas dentro de la palabra y del propio orden de las palabras).
En fases posteriores aparece la disortografía, dificultades para el uso correcto de las reglas de ortografía, desde las que se llaman de ortografía natural a las del nivel más complejo, la disonografía la cual implica presencia de trastornos gramaticales en la escritura (pobreza verbal, problemas de concordancia y de sintaxis). En ocasiones también se une a dificultades de pronunciación, con mayor incidencia en la dificultad de pronunciación de palabras nuevas, largas o que contengan combinaciones de letras del tipo de las que le producen dificultades en la lectura (Dislalias).
Una característica relevante en estos niños (as) son los problemas de falta de atención o déficit de atención. Debido al esfuerzo intelectual que tienen que realizar para superar sus dificultades perceptivas especificas, suelen presentar un alto grado de fatiga, lo cual produce una atención inestable y poco continuada. Razón por la cual el aprendizaje de la escritura y la lectura, les parecen aburridos y poco motivadores. Además se pueden sumar en algunos casos desinterés por el estudio e inadaptación personal.
También podría verse acompañada por bradilexia, un ritmo lento en la lectura y en la escritura, o taquilexia, ritmo excesivamente rápido en leer o escribir y que naturalmente impide una adecuada comprensión. Así como de sincinesias, movimientos que se caracterizan por la contracción no voluntaria de un grupo muscular.
Características: Retraso en el aprendizaje de la lecto-escritura. Lentitud, tendencia al deletreo, escasa comprensión lectora debido a la falta de ritmo y ausencia de puntuación. Conforme avanzan los años, los problemas se agudizan; ya que el grado (nivel) académico le va a exigir más al estudiante. . Niños y niñas de edad preescolar Historia familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos u otros familiares). Retraso en aprender a hablar con claridad. Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejen por su fonética.
Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por ejemplo los colores. Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial. Alternancia de días “buenos” y “malos” en el trabajo escolar, sin razón aparente.
Aptitud para la construcción y los objetos y juguetes “técnicos” (mayor habilidad manual que lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de inteligencia), juegos de bloques, legos, rompecabezas, entre otros.
Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar. Dificultades con las palabras rimadas. Dificultades con las secuencias.
Niños y niñas entre los 6 y 9 años Particular dificultad para aprender a leer y escribir. Persistente tendencia a escribir los números en espejo u orientación inadecuada. Dificultad para distinguir la izquierda de la derecha.
Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en general para retener secuencias, como por ejemplo los días de la semana, los dedos de la mano o los meses del año. Falta de atención y de concentración. Frustración, posible inicio de problemas de conducta.
Niños y niñas entre los 9 y los 12 años: Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora. Forma extraña de escribir, por ejemplo, con omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas. Desorganización en la casa y en la escuela. Dificultad para copiar cuidadosamente en la pizarra y en el cuaderno. Dificultad para seguir instrucciones orales. Aumento de la falta de auto confianza y aumento de la frustración. Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso. Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención (desatención) e inmadurez. Niños y niñas de 12 años en adelante Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones incomprensible. Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de las omisiones, alteraciones y adiciones de la etapa anterior. Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en general. Tendencia a confundir las instrucciones verbales y los números de teléfono. Gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Baja auto-estima. Dificultad en la percepción de lenguaje, por ejemplo en seguir instrucciones. Baja comprensión lectora. Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces hasta el punto de depresión. Aversión a la lectura y a la escritura.
Características generales más relevantes: Tarda mucho en hacer los deberes. En una hora de trabajo rinde 10 minutos. Tiene una pobre comprensión lectora. Prefiere leer en voz alta para entender. Inventa palabras al leer. Su velocidad lectora es inadecuada para su edad. Tiene mala ortografía o caligrafía. Parece vago y hasta inmaduro, aunque es inteligente. Más habilidad para exámenes orales que escritos. Es imaginativo e incluso creativo. Le cuesta prestar atención: parece hiperactivo o soñador. No controla el transcurso del tiempo. Baja autoestima. Tiene poca coordinación motriz y falta de equilibrio. No le gusta la escuela, leer, escribir… Le cuesta recordar las tablas de multiplicar, aunque parezca que las conoce. Aprende mejor haciendo cosas con las manos, a través de experiencias y con ayudas visuales.
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