Los han dejado sin dirección postal, sitio donde estudiar o lugar de trabajo. Les han quitado los saludos y el afecto de los suyos. Desaparecer le arranca al muchacho la posibilidad de ver y verlo, conversar y diferir si fuera el caso. No se ha ido a otro lado: lo han ido a un lugar sin coordenadas. Paradero desconocido. El 43 es un número lleno de sentido o, más bien, de sinsentido.
El jueves 20, desde Tlatelolco, hay tiempo para pensar y ver al ritmo del andar con otros. Y dejar que lo que se mira, interrogue. De cada 100 muchachos que inician la primaria, quizá 20 lleguen a la educación superior. A los otros 80 los ha abandonado el sistema educativo antes. También los han echado de las listas de asistencia. No aparecen ya en el pupitre. Marcha, entonces, una élite social que pudo conservarse en el sistema escolar…
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