¿No fueron al colegio? ¿Y terminaron la universidad sin problemas? ¿Tienen amigos? ¿Cómo era un día de sus vidas?
Surgen preguntas y más preguntas frente a Daniel y Silvia Baker, que eligieron homeschooling, la educación de sus cinco hijos en casa, lejos de los pizarrones, uniformes y compañeros de colegio. Siguiendo la más estricta currícula estadounidense, sus chicos estudiaban unas seis horas por día. Era una rutina flexible, en la que se interponían viajes, que ellos volverían a elegir sin dudar.
«Quizá la palabra rebelión es un poco fuerte, más bien el sentir que nos impulsó a nosotros fue no dar nada por hecho. Es decir, si todo el mundo va para allá, no necesariamente significa que yo también tengo que ir para ese lado -reflexiona Daniel-.Al tener nuestros hijos, nos planteamos cada cosa que fuimos eligiendo, no sólo el tema educativo de la escuela, sino qué es mejor para…
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