Quien manda ? El padre o el niño ?


Muchas veces han oído esta frase: “No llevo al niño a las terapias porque no quiere ¡“
Y a no querer el niño se inventa miles de razones.
Ahora como padre y adulto tiene que entender que esta afirmación de parte de un niño puede ser con doble filo:
1. Puede que el niño no quiere porque lo pone a trabajar.
2. Puede que no quiere porque tiene una forma equivocada de intervenir.

El deber del padre es de investigar que está pasando.
Por desgracia en la realidad no es así: los niños mandan.
Si al niño le gusta siguen irse. Hasta no importa que el servicio no sirve. El niño quiere irse ¡Se siente bien, se divierte ¡
Si al niño no le gusta, dejan de irse por completo o cambian de profesional o Centro.
Hay que entender que tomar decisiones de este tipo es una falta de inmadurez de parte del padre.
Puede que el niño entiende o no que está bien o mal, pero seguro va a optar para la solución más fácil para él. En este caso quedarse en la casa para hacer lo que le da la gana o escoger el lugar donde no se le exige mucho y todo es un juego.
Un niño aún puede que entienda que está pasando no tiene la madurez para medir las consecuencias o hacer la diferencia entre que necesita y que no, en tal situación. Existen hasta profesionales que se equivocan, imagínese como puede saber un niño¡?
La colaboración del niño es muy importante en el proceso de las terapias.
Si el niño no sigue las instrucciones impide el progreso. Existen profesionales que no se rompen mucho la cabeza y dejan el niño rebelde que haga lo que quiere para no molestarlo y tener al padre contento que lo traiga y para la próxima.
Claro que a lo largo por no ser resultados el padre va a renunciar a sus servicios. Pero esto ya no importa porque por un tiempo (a veces bastante largo- de unos meses) mantuvo una clientela constante.
Hay en cambio profesionales que dejan a los padres saber de cómo fueron las sesiones de terapias e informa a los padres si el niño colaboro o no.
En estos casos, hay padres que siguen las instrucciones y aplican la modificación de conducta, pero hay también madres que son dominadas por los niños y no quieren efectivamente molestar al niño y escogen dejar de asistir porque se le pide algo que ellos no pueden controlar.
Detrás de cada niño de éxito es un padre exitoso.
Es normal que sea así.
Un niño no puede decidir por sí mismo de manera correcta.
Va a escoger siempre lo que quiere no lo que es bien para él.
Hay adultos que tienen esta actitud.
Los niños se dejan llevar por lo que sienten al momento sin tener la capacidad de analizar una situación.
Claro que, si encuentran un lugar donde el niño es contento y se quiere ir, además son resultados, pues todo el mundo está feliz y contento.
Las niñas son más comprensivas y dispuestas a trabajar. Los nenes casi nunca. Atención a los padres de nenes.
Se necesita de más fuerza de carácter para un padre de un barón que de una hembra.
Hay situaciones en cual los niños muy inteligentes no quieren seguir porque se aburren y tienen como un 6to sentido que esto no es lo correcto para ellos.
Es fácil de identificar esta situación: es cuando los resultados se ven casi de inmediato ¡
Hay una química entre el profesional y el niño y una comprensión mutua: yo sé que paso trabajo, pero también me siento bien con la persona y siento que estoy aprendiendo algo ¡.
La situación ideal.
Pero hay y situaciones cuando los niños no quieren pasar trabajo y frente de las tareas nuevas o que requieren de esfuerzo de sus partes no quieren participar. Lloran, inventa escusas, mentiras, insistan con no asistir, para huir de la responsabilidad. Aquí es el momento cuando el padre, como un adulto interviene y aplica la nidificación de conducta. Cuando una simple explicación no es suficiente y el niño sigue manipulando, se tiene que aplicar el castigo. Nunca se le grita o se le pega al niño. A la fuerza nadie quiere hacer nada.
El niño tiene que entender su papel y sus deberes. Con gritos y peleas no va a entender nunca nada.
Los niños acostumbrados a tener todo sin dar nada al cambio no entienden que tienen que hacer y que no, porque como sea en final van a tener que ellos quieren.
Concientizar al niño sobre sus deberes y sus consecuencias a no realizarlos, puede ser un trabajo muy fuerte para un padre acostumbrado a dar todo a su hijo sin menos que se le pidan, a veces.
Si quieren tener niños de éxito y sin problemas en el desempeño escolar, tienen primero que definir su posición frente del niño.
Es el padre permisible y sobreprotector o el padre que quía los pasos de su hijo, pero sin realizar las tareas en su lugar, aquel padre que sabe cómo imponerse sin tener que gritar o pegar al niño.
Un niño con problemas comportamentales y de aprendizaje existe porque hay padres que todavía no entendieron su proprio papel.

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